Comienza una nueva etapa en Planexware: “No hay línea de llegada”

La renovada identidad de Planexware inaugura esta nueva etapa, enfocada en una creciente integración de nuestras prestaciones para dar respuesta a las necesidades de las empresas del siglo XXI.

Algunos lo consideran intuición. Otros, oficio. En Planexware preferimos llamar vocación a la imposibilidad de quedarnos quietos, más aún en un escenario de cambios constantes y exponenciales. Decidimos dar otro paso. Avanzar. Porque los años de trayectoria y experiencia nos obligan a anticipar las expectativas del mercado, con clientes cada vez más exigentes.

Los desafíos a futuro demandan hoy soluciones más inteligentes, simples y seguras para gestionar grandes volúmenes de información y facilitar los distintos procesos organizacionales. La transformación digital se convierte en el norte de las empresas que apostamos a la innovación, la colaboración y un cambio cultural que atraviesa a todos los sectores.

En ese contexto, las organizaciones asumen como mandato la digitalización y automatización de sus operaciones. El intercambio digital de documentos comerciales (con clientes, proveedores y organismos públicos) representa uno de los ejes estratégicos para ser más competitivos.

La renovada identidad de Planexware inaugura esta nueva etapa, enfocada en una creciente integración de nuestras prestaciones para dar respuesta a las necesidades de las empresas del siglo XXI. Esta nueva imagen es también un hito que revalida ese rumbo para todo nuestro portfolio de soluciones, que actualmente procesan más de 72 millones de documentos. Una búsqueda abierta y continua por la excelencia de la mano de la tecnología y un gran equipo de trabajo reconocidos por más de 2.000 clientes en toda América Latina.

Ese compromiso creativo se transforma en una verdadera alianza con cada uno de nuestros clientes y partners, que se renueva y crece con la fuerza de los resultados.Como decía una conocida publicidad de uno de nuestros clientes, “No hay línea de llegada”. Este camino, que recorremos hace años, no tiene fin.

Compartir